¿Lenguaje inclusivo?

Me permito reproducir el atinado comentario de una lectora de El Periódico de Cataluña sobre el disparate que supone modificar el lenguaje por decreto en función de las señas de identidad de determinado colectivo, lo que ha generado neologismos tan extravagantes como "miembras" y "portavozas" para espanto de los académicos y disfrute de los hacedores de memes en redes sociales.

"A base de repetirse durante años en los medios de comunicación y de imponerlo en las escuelas, la clase política está originando un enorme problema lingüístico. Ahora, cuando, por ejemplo, decimos niños, hay niñas que no se sienten incluidas. El conflicto está creado, pero ¿qué alternativa se ofrece? Los desdoblamientos (aplicados a sustantivos, determinantes y adjetivos) estropean cualquier discurso, resultan artificiosos e insoportablemente pesados, van contra la economía del lenguaje y provocan dificultades sintácticas y de concordancia irresolubles. La confusión generada deja desamparados a los hablantes que aman su idioma y no saben ya cómo usarlo".
Carmen Gil, Cádiz.

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