Femen, el exhibicionismo y la posverdad

La organización feminista Femen se arroga en demasiadas ocasiones la facultad de juzgar y condenar a quienes considera que vulneran los derechos de las mujeres. Para ello se basa en su particular interpretación de los hechos, dando preponderancia a los indicios que refuerzan sus acusaciones, aunque aquellos hayan sido desestimados por la justicia.

Ha vuelto a ocurrir en Hamburgo con ocasión de un concierto en el que participó Woody Allen en su faceta de clarinetista y que fue interrumpido por dos activistas de Femen que treparon al escenario con el torso desnudo para denunciar la "cultura del silencio" que, según ellas, prevalece sobre Allen y los presuntos abusos de menores que habría protagonizado en el pasado y que han sido negados reiteradamente por el cineasta que fue eximido tras una investigación criminal llevada a cabo en Estados Unidos.

Después de seis meses de indagación policial, en la que participaron varios expertos, el juez decidió que las pruebas presentadas no eran concluyentes y el proceso contra Allen se cerró sin llegar a los tribunales.

A pesar de que se ha sobreseído el caso que involucra al artista en las agresiones sexuales de las que habría sido objeto Dylan Farrow cuando era niña, Femen airea una y otra vez en espacios públicos las denuncias de violación formuladas por la hija adoptiva de Allen que no han conseguido eco a pesar de su insistencia.

Nos podrán convencer o no; pero en cualquier Estado de derecho que se precie las sentencias judiciales tienen que ser acatadas no sólo por las partes, sino por el conjunto de la ciudadanía.

Actuar por cuenta propia para hacer valer culpabilidades que la justicia considera indemostrables, es uno de los principales soportes del linchamiento, una de las expresiones más aberrantes del revanchismo popular.

Evidentemente Donald Trump no es el único que utiliza en provecho propio la llamada posverdad, con tal de conseguir que la realidad nunca le decepcione.

Esperemos que la hipérbole acabe por consumir a los que la fomentan. Ya se trate de Trump o de Femen.

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