México y su doble moral con los migrantes

México lamenta, y con toda la razón, el trato vejatorio a los trabajadores mexicanos que ingresan irregularmente en Estados Unidos. Sin embargo, en el país azteca se emplean parecidas maneras represoras para frenar el flujo de centroamericanos que se dirigen hacia el norte.

El uso de esta doble vara de medir es lo que denuncia Amnistía Internacional (AI), en uno de sus últimos informes sobre las violaciones de los derechos de los que solicitan asilo en México y Estados Unidos.

"Tiene (México) una doble moral, critica cómo se trata a sus connacionales en Estados Unidos, y toma una dirección similar en el trato de las personas centroamericanas", asegura la experta Madeleine Penman.

El 97 por ciento de los 147 mil 370 deportados por las autoridades mexicanas son de El Salvador, Honduras y Guatemala, lo que según la organización humanitaria es un claro ejemplo de hipocresía y convierte al país latinoamericano en un "cómplice del control fronterizo de Estados Unidos".

Los migrantes ya no persiguen el "sueño americano", sino que huyen de la criminalidad, la extorsión o la muerte, precisa AI.

México, como país que sufre en carne propia la discriminación de terceros hacia sus compatriotas, debería esforzarse en humanizar su política hacia la migración centroamericana para ganar legitimidad y denunciar por defecto los múltiples agravios a los que se somete a los desplazados sureños que se atreven a cruzar la frontera de Estados Unidos y cuyo único delito es intentar sobrevivir.

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