Spain is different, very different

A los que creemos desde hace años que España es un país con un alto porcentaje de analfabetos funcionales, no nos extrañan los resultados del último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que concede la victoria al Partido Popular (PP) en unas virtuales elecciones.
La derecha española obtendría el 31, 5 % de los apoyos, refrendando así su liderazgo político a pesar de los numerosos escándalos de corrupción que afectan al PP que apenas pierde 1. 5 puntos desde el barómetro de enero, toda una proeza que Mariano Rajoy tendrá que agradecer a la legión de votantes sin escrúpulos que le respaldan a pesar de los pesares, que son muchos.
Otro extraño resultado de la encuesta del CIS es la subida moderada (19, 9 %) del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que atraviesa por una severa crisis de identidad agravada por una guerra intestina, después de haber perdido el rumbo ideológico y ejercer demasiadas veces de cómplice institucional del PP, por no mencionar su enorme responsabilidad gubernamental en la factura y gestión de los estropicios habidos. No se entiende pues su incremento electoral.
Y para rematar, el descenso de Unidos Podemos (19, 7 %), al que supera el PSOE que se instala en la segunda plaza de esta dislocada encuesta. El partido de Pablo Iglesias cede incomprensiblemente posiciones, cuando a la luz del deprimido paisaje español debería consolidarse cada vez más como la alternativa más viable a la derecha cavernaria.
El último sondeo del CIS es el perfecto retrato de un país abonado al enroque, con escasísima conciencia cívica. Nada nuevo bajo el sol.

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