Siria y sus muchos manipuladores

A la vista del intrincado mapa de Siria, resulta sumamente difícil esclarecer las inocencias y culpabilidades que están en juego en uno de los países que fue cuna de la humanidad.
Bashar Al Assad no es un gobernante que se caracterice por sus modales democráticos o por su tolerancia política, pero tampoco es el tirano sanguinario y sin escrúpulos que Estados Unidos y sus aliados retratan cada diez minutos para intentar desacreditarlo a nivel internacional.
En una reciente entrevista con la agencia France Press, Al Assad negó haber utilizado armas químicas en el ataque a la ciudad de Jan Sheijun y dijo que es “un invento al ciento por ciento", un montaje que solo sirvió de pretexto para justificar los bombardeos de Estados Unidos a su base aérea. El Presidente sirio agregó que su país carece de armas químicas y que, aun en el caso de tenerlas, nunca las hubiera utilizado contra su pueblo.
Más allá de la verdad que carguen las palabras de Al Assad, que hasta ahora ha contado con el apoyo incondicional de Rusia, lo cierto es que Washington ha tratado una y otra vez de incriminarlo en crímenes de guerra para justificar su derrocamiento y reencauzar el rumbo del país, aun a riesgo de que en la futura Siria se instale definitivamente el avispero, como sucedió en Irak.
Rusia no cede y tras las graves acusaciones de Estados Unidos sobre el empleo de armas químicas y la muerte de civiles ha vuelto a alinearse con su protegido Al Assad, que parece decidido a aferrarse al poder mientras demoniza a sus opositores.
En lo único en lo que coinciden Moscú y Washington es en la necesidad de combatir al yihadista Estado Islámico que opera también en Siria y que ha retrocedido gracias al respaldo militar que el gobierno de Vladimir Putin ha proporcionado a Damasco en forma de efectivos y armamento.
Unos y otros están manejando sus cartas en una zona de extraordinaria importancia geoestratégica; y unos y otros tergiversan la realidad a cada rato para neutralizar al contrario y hacer valer sus objetivos.
Por ello, cualquier seguimiento de la actualidad siria exige una lectura minuciosa, reposada y más que reflexiva si se busca un conocimiento de los hechos que no responda a los tantísimos intereses creados.

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