España, ese país extraño...

España es un país endiabladamente complicado, hecho de retazos, antiguos, medianos y nuevos, y en cualquier caso un proyecto fracasado como apuesta colectiva.

Para empezar, habría que diferenciar entre la España profunda que compete a Andalucía, Extremadura, Madrid, Valencia, las dos Castillas, Galicia y otras pequeñas autonomías limítrofes, artificiales, y la España protestona que se asienta sobre todo en Cataluña y País Vasco, las dos comunidades más diferenciadas y con mayor conciencia cívica de este país de países.

Es ahí donde el voto, con independencia de su orientación, se ejerce con más rigor y donde el discurso político adquiere una pizca de significado, aunque en ambas regiones se registren también algunas de las insuficiencias históricas que afectan en gran medida al resto de la península ibérica.

No es gratuito que en estas dos comunidades exista la mayor fragmentación electoral del Estado español. Por el contrario, en Andalucía, Galicia y en las dos Castillas, el sufragio remite al bipartidismo elemental, básico, propio de una sociedad enajenada.

Basta con hablar con algún opinador surgido de Palencia, Burgos, Orense o Almería para que se acelere el impulso de deserción tras adquirir conciencia provinciana de lo que nos atañe. Seguimos anclados en las dos Españas, o en tres, o en cuatro… poco importa.

Es evidente que en la España profunda siguen pesando las melancolías imperiales, el clasismo que cuenta con numerosos vasallos y el estilo derechoso y conservante que destila ranciedad, ya sea a la hora de apoyar la fiesta taurina, las cofradías, el aperitivo vip o ciertas costumbres trogloditas; ya sea a la hora de reivindicar heterosexualidades varias y familias pontificias o de sumarse a la cruzada institucional para que nada, absolutamente nada, se revolucione.

Frente a la España inquieta y revoltosa, la España conservada en formol, visigoda, que se quiere diferenciada. Una España que sólo puede generar fastidio y que, lamentablemente, sigue prevaleciendo sobre todas las demás.

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