La insufrible derecha española

El Partido Popular (PP) no sólo aglutina a una de las derechas más cavernarias de Europa, heredada en buena parte de la dictadura franquista. Es también una fábrica de políticos zafios, indocumentados, pero empeñados en trascender.
La última barrabasada la ha protagonizado el vicesecretario de comunicación de esta formación, Pablo Casado, quien ni corto ni perezoso ha difundido por twitter un vídeo que le remitió un amigo y donde supuestamente la policía venezolana arremetía contra una multitud hambrienta. En realidad, el vídeo correspondía al Congo, y no a la demonizada Venezuela chavista hacia la que la derecha española profesa una profunda aversión.
Evidentemente, la escalada injerencista en el país sudamericano no sólo es fruto de una ideología rancia y unos modos decimonónicos. Desacreditando al gobierno de Nicolás Maduro, el PP busca también deslegitimar a algunos líderes del emergente Podemos a los que acusan de haberse financiado con los dineros del chavismo, aunque hasta ahora no haya prueba alguna al respecto. Pero los titulares mandan y los desmentidos pasan desapercibidos en un país como España donde los medios informan a brochazos de ciertas realidades cuya complejidad amerita que se observen con lupa.
El ignorante Casado ha sido objeto de la mofa de muchos twiteros después de que en su afán manipulador divulgara el apócrifo vídeo sobre la represión en Venezuela. Entre los guasones está el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que en tono irónico y aludiendo al disparate del político del PP ha subido esta foto a las redes con el siguiente titular: "Un amigo de Pablo Casado le ha pasado esta foto. Dice que somos Alberto Garzón y yo llegando al Congreso de los Diputados", ironizaba Iglesias utilizando una instantánea de la toma del Reichstag en Berlín por las tropas soviéticas en 1945, al término de la II Guerra Mundial.


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