Panama Papers: la punta del iceberg

Llama la atención el escándalo mediático que se ha armado por la filtración de los llamados Panama Papers, que involucran al parecer a políticos, deportistas, intelectuales, negociantes y personalidades varias en la titularidad de entramados empresariales montados expresamente en el país centroamericano para estar fuera del alcance de los fiscos respectivos.
La evasión de impuestos, el blanqueo de capitales y el ocultamiento de fortunas son prácticas habituales de la mayoría de los potentados del planeta, por lo que el caso de Panamá apenas llega a la condición de anécdota. Lamentable, eso sí.
Son muchos los paraísos fiscales consentidos, que albergan complejas estructuras empresariales con las que muchos millonarios burlan los radares fiscales. Estos oasis son legales, aunque en ellos se cuecen algunas de las peores habas del sistema capitalista.
Los que más tienen y más deberían pagar a Hacienda son precisamente los que evitan la declaración y eluden los impuestos. Incumplen así su responsabilidad social e impiden la necesaria redistribución de los muchos ingresos que generan.
Evidentemente no es fácil detectar estas prácticas delictivas, sobre todo porque los gobiernos sólo intervienen ante hechos consumados, como los que han salido a la luz bajo la firma del despacho Mossack Fonseca cuyas cuentas se filtraron a la prensa.

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