Hay una España reñida con la obviedad

Es evidente que la economía de un país con un desempleo del 22 por ciento y que registra una tasa de paro juvenil del 50 por ciento, no puede calificarse de exitosa.
Sin embargo, en la España en la que las cifras macroeconómicas bailan más alegres que nunca, se habla abiertamente y desde muy distintos foros políticos y empresariales de resurrecciones económicas y de eficacias administrativas ejemplares.
El premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, acaba de poner de nuevo el acento en lo que realmente importa para calificar de desastre la política de austeridad instaurada por el Gobierno del Partido Popular (PP) en los últimos cuatro años, tras subrayar que la economía española, lejos de sanearse, sigue en depresión debido a las altísimas tasas de desempleo.
Entre tanto ruido informativo y manipulación de ideas, se vuelve cada vez más aburridor reivindicar secuencias que en un país con otras hechuras democráticas serían sencillamente indiscutibles.

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