País mediado

La corrupción en Cataluña es directamente proporcional a la que existe en el resto del Estado español. Quizás porque somos un país de chichinabo, desde La junquera hasta Cádiz. Y en eso nos parecemos todos los colectivos que integramos este país de países, en la medianía diaria, en la mediocridad militante, en el amor al lucro. Con este paisaje tan deprimido, los victimismos sobran, dicho esto sin menoscabo del derecho de los catalanes a decidir su futuro, como lo tienen todas las comunidades claramente diferenciadas. Pero que quede anotado que en el noreste cuecen las mismas habas que en el sur de despeñaperros. Pésimas habas.


Comentarios