Europa y Estados Unidos: culpables
Las intervenciones militares y las presiones de grueso
calibre alentadas por Estados Unidos y sus aliados europeos para propiciar un
cambio de régimen en Irak, Afganistán, Libia y Siria, propiciaron conflictos
armados y una inestabilidad política y social que ha acabado por expulsar a
cientos de miles de refugiados que buscan ahora cobijo fuera de sus fronteras.
Estados Unidos y Europa son culpables en primer grado de la
última crisis migratoria vinculada al Medio Oriente y norte de África, donde
los países afectados esbozan un mapa mucho más degradado que el que ofrecían
cuando se produjeron las invasiones o injerencias que resultaron
contraproducentes, sin que las potencias occidentales se hayan movilizado para
reparar los enormes daños causados por sus intromisiones.
Los países invadidos o sometidos a presión para forzar derrocamientos
como el del presidente sirio Bashar Al-Assad que continúa en el poder, han
devenido en Estados destartalados, arruinados económicamente, inmersos en guerras
civiles que alimentan con una energía preocupante los fanáticos del
Ejército Islámico (EI).
"Mantienen silencio acerca de la intervención militar y
el cambio de régimen en los cuales los europeos fueron protagonistas,
intervenciones que desgarraron las patrias de los refugiados y provocaron la
guerra civil y el colapso del Estado", asegura a IPS James A. Paul, ex
director ejecutivo de la organización con sede en Nueva York Global Policy
Forum.
El discurso oficial en Europa enmarca los enfrentamientos civiles y
las crisis económicas en función del fanatismo, la corrupción, las dictaduras,
los fracasos económicos y otros factores de los que el viejo continente se
desliga por completo, subrayan los expertos menos disciplinados.
Por supuesto, los actores que contribuyeron al derrumbe de
los países de los que proceden la mayoría de los refugiados, no sólo no han
asumido su cuota de culpabilidad sino que juegan el rol de naciones
damnificadas por una crisis migratoria que a tenor de la información que se
ventila habitualmente en los medios de comunicación carece de causas exógenas.
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