Las universidades españolas, otra vez ausentes

El rango de España siempre ha sido el de potencia media, en todos los sentidos, por más que los melancólicos del imperio y otras voces altisonantes se empeñen en situar al país ibérico en las ligas mayores del planeta.
El último ranking de las mejores universidades del mundo elaborado por la Universidad Jiao Tong de Shanghái, ratifica este perfil moderado: ninguna universidad española figura entre las cien primeras del orbe.
Y así ha sido desde que esta reputada clasificación existe.
Ciertamente, España ha logrado en la última edición incorporar hasta 13 universidades entre las 500 mejores del planeta a pesar de estar a considerable distancia de la excelencia que caracteriza a las mejores academias.
Por el contrario, Estados Unidos se alza como campeón mundial con 146 universidades en el ranking de Shanghái, entre ellas Harvard que sigue conservando la primera posición, con Stanford a la zaga y el afamado MIT en tercer lugar.
Las inglesas Oxford y Cambridge continúan despuntando como sedes de la élite universitaria europea.
La universidad española mejor posicionada es la de Barcelona, que se ubica en la horquilla del 150 al 200.
En la franja del 200 al 300 se emplazan la Autónoma de Madrid, la Complutense, la Autónoma de Barcelona y la Pompeu Fabra.
La gran mayoría de las universidades españolas nunca han destacado por su pedigrí. Todo lo contrario. Es la mediocridad la que caracteriza a numerosas instituciones, fundamentalmente privadas aunque también públicas, que se han reproducido alegremente en los últimos años y cuya calidad deja mucho que desear en todos los ámbitos académicos.
La falta de presupuesto y los recortes derivados de la crisis económica están dificultando todavía más la trayectoria de las instituciones universitarias españolas, cuya endogamia tampoco contribuye a su necesario despegue.
En España, las máximas casas de estudio siguen viviendo de espaldas a la sociedad, emburbujadas. Y sin la retroalimentación debida, la anorexia de las universidades está más que garantizada.

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