El socialdemócrata Blair

En su habitual tono reaccionario, el ex primer ministro británico Tony Blair advierte del riesgo de votar a Jeremy Corbyn para que lidere el partido laborista. El amansado político británico, empeñado desde hace años en lucrarse tras haber defendido la desastrosa invasión a Irak alineándose con la derecha más rancia del planeta, tacha a Corbyn de izquierdista capaz de llevar al laborismo al suicidio con sus delirios. Para Blair, los contenidos son anecdóticos, porque lo que cuenta realmente es ganar en las urnas y para ello hay que ofertar un programa que incomode lo menos posible al stablishment y capture el mayor número de votos posibles desde esa equidistancia ideológica que distingue a la socialdemocracia más pervertida de Europa. La autoridad moral de Blair es inexistente como lo demuestran sus turbios negocios cuando era mediador de Naciones Unidas en Medio Oriente y su falta de escrúpulos a la hora de ejercer como consultor de lo que se tercie. Este sinvergüenza consumado es el mismo que considera peligrosas las proclamas justicieras de Corbyn.

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