Encuestas que no se soportan

La ignorancia, la contaminación mediática y la fundación de turno se han aliado una vez más para abusar de las estadísticas.
Por lo general, las encuestas de opinión carecen de fundamento y su interés sociológico es nulo desde el momento en que se le pide al ciudadano común su valoración sobre asuntos de los cuales, en el mejor de los casos, tiene una información insuficiente y casi siempre sesgada.
Las conclusiones de la mayoría de estos sondeos fabricados para la ocasión, apenas dan para elaborar unos cuantos titulares más o menos efectistas.
Por lo demás, son productos altamente tóxicos ya que están reforzando el analfabetismo funcional de amplios sectores en muy distintas materias.
Los resultados del último barómetro del Instituto Elcano confirman lo anterior, porque en él se procede a una gratuita jerarquización en función de las impresiones de los encuestados sobre diferentes países.
Con independencia de su peso, las opiniones recogidas son elevadas a la máxima categoría. Por supuesto, suelen ser fruto de preguntas elementales.
Así, el sondeo llevado a cabo en tierras ibéricas concede a Venezuela la peor valoración como país, mientras que Marruecos y Arabia Saudí consiguen notas más altas por causas que se antojan inescrutables.
Pero ahí está la encuesta, exhibiendo sus resultados tras rentabilizar convenientemente el desconocimiento ajeno mediante la consagración de los tópicos más vulgares sobre la realidad internacional.

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