El prolongado calvario de la prensa escrita

La prensa escrita desfallece gradualmente sin que por el momento se atisben alternativas que permitan contrarrestar la descomunal pérdida de publicidad que registran los periódicos convencionales como consecuencia del repunte digital.
Es evidente que la expansión de la cultura online, que se manifiesta cada vez más a través de los smartphones o tabletas, ha trastocado radicalmente los hábitos de lectura al promover entre los usuarios más inquietos un picoteo informativo que se revela cada vez más incompatible con la sosegada digestión de los textos que requiere el soporte papel.
El rastreo impulsivo y superficial que realizan la mayoría de los internautas que se interesan por la actualidad en los buscadores de internet, pero sobre todo en las llamadas redes sociales, se contrapone al monitoreo de la información que ofrece, con mayor despliegue y calado, la prensa escrita en su formato clásico.
Los lectores de periódicos y revistas siempre han constituido un sector minoritario de la población y, por lo tanto, su merma agrava la ya de por sí difícil situación de este sector que en países donde se ha expandido con creces, como Estados Unidos, no logra levantar cabeza.
En otros muchos países, entre ellos España, la situación es igual de preocupante hasta el punto de que algunos autores hablan ya de crisis de información derivada del apagón de los diarios tradicionales.

AFP

Washington DC, Estados Unidos.-

Las noticias siguen siendo en su mayoría sombrías para la prensa escrita estadounidense, que lucha desde hace una década por adaptarse al nuevo panorama digital.
La venta del San Diego Union-Tribune, a principios de mayo por 85 millones de dólares, volvió a poner de manifiesto la terrible pérdida de valor que han experimentado los viejos medios de comunicación en los últimos años.
La historia de ese medio es la misma que la de otros exponentes de la otrora orgullosa industria editorial de Estados Unidos.
Según el Pew Research Center, en la última década la circulación diaria de los cotidianos estadounidenses cayó 17 por ciento y sus ingresos publicitarios lo hicieron en más de 50 por ciento.
En 2014, tres grandes empresas del sector decidieron recortar sus ediciones en papel para concentrarse en sus versiones digitales.
"Las grandes cadenas se han puesto a hablar en digital. Pero a pesar de casi dos décadas de esfuerzos, la verdad es que los resultados no han mejorado", señala Ken Doctor, un analista de la industria de los medios que maneja el blog Newsonomics y funge como consultor de la firma de investigación Outsell.
"Muy pronto, los periódicos tendrán pocas opciones, aparte de recortar la frecuencia de su edición impresa, como han hecho varios diarios, para ahorrar gastos", indicó.
En el primer trimestre de 2015, siete de los mayores grupos de diarios registraron un beneficio combinado de 21 millones de dólares.
En 2005, sólo el grupo Gannet había ganado mil 800 millones.
"Estas compañías tienen hoy poco para invertir", analizó Doctor.
Incluso The New York Times, uno de los medios que con más ahínco se lanzó a la reconversión digital, reconoció recientemente que el 70 por ciento de sus ingresos todavía provienen de la edición impresa.
Las empresas del sector deben repensar su estrategia y actuar más como startups, señala Alan Mutter, un ex redactor de Chicago que ahora es consultor de medios digitales.
Una compañía startup es una empresa emergente apoyada en la tecnología.
Con ideas que innovan el mercado y haciendo de los procesos complicados más fáciles de realizar, estas empresas se pueden enfocar en diferentes temas y usos.
Generalmente son empresas asociadas a la innovación, al desarrollo de tecnologías, al diseño web o desarrollo web; son empresas de capital-riesgo.
"La gente de los medios de comunicación tiene que admitir que están en un negocio de atraer público a través de la publicidad", afirmó.
Numerosas compañías del área no pueden adoptar una estrategia de largo plazo porque están bajo presión para lograr buenos resultados trimestrales, agregó Mutter.
Una excepción es el Washington Post, que bajo la gestión de su nuevo propietario, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, afinó su estrategia digital.
Según datos de comScore, esa opción le ha dado resultados, pues las visitas a la edición digital del diario crecieron 65 por ciento en un año.
"(Bajo Bezos), el Post invirtió en el diseño y en la presentación de informes, ha incorporado tecnología, ha hecho un montón de cosas bien", dijo Mutter.
"Bezos se maneja con una visión a largo plazo e invierte su dinero aunque por el momento probablemente las ganancias no sean muchas", agregó.
Algunos periódicos se han asociado con Facebook para alojar su contenido y obtener eventualmente nuevos ingresos a través de la publicidad.
Debieron tragarse su orgullo pasado, cuando se negaban a acuerdos de este tipo, porque saben que les falta el alcance global masivo que sólo Facebook puede proporcionarles.
Sin embargo, estas estrategias apenas servirán para generar un modesto alivio a las empresas del sector, subrayó Mutter.
Un estudio realizado por el Instituto de Prensa de Estados Unidos (API) y aparecido en la última semana indicó que una clave para que la industria evolucione reside en cambiar la cultura de las redacciones para impulsar la innovación.
Ello incluye permitir la interacción entre diversos grupos, periodistas, técnicos y otros que el estudio denomina "tribus".
"Para fomentar la innovación y la transformación (...) las organizaciones necesitan potenciar y motivar a sus tribus", destaca el informe.
Para el director adjunto de la API, Jeff Sonderman, las empresas deberían, en vez de invertir mucho tiempo y mucho dinero en un gran intento de crear algo nuevo, optar por un experimento en pequeña escala y progresivo, como las startups.
A pesar de la espiral descendente de la última década, Sonderman visualiza algunas señales positivas.
"Vemos señales de que aquellos que están rodeados del entorno adecuado y el liderazgo correcto están empezando a estabilizarse e, incluso, a crecer en algunas áreas", aseguró.

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