Lucrar, lucrar y... lucrar

El sistema capitalista, en su mejor estado.
No imagino la cantidad y calidad de conocimiento que alguien tendría que aportar desde el estrado para ganar lo que este inefable trío familiar, los Clinton, factura cotidianamente por sus discursos ordinarios, que no extraordinarios.
Lucran en función de su caché y de sus obviedades. Sintonizados perfectamente con el sistema. Creciendo, minuto a minuto, cheque a cheque.
Llegué a la convicción hace muchos años de que al conocimiento no se le puede poner precio. Hay que compartirlo, alevosamente, sin tregua, sin tasas, ante cualquier auditorio.
Exactamente lo contrario de lo que practican los Clinton.


Agencias.- Un año después de que dejara entrever la posibilidad de dedicarse a la política y de que se involucrara más en la fundación familiar, Chelsea Clinton también sigue la estela de sus padres en otro campo: el lucrativo negocio de impartir conferencias. La hija más famosa de un matrimonio expresidencial ha dejado atrás la timidez del pasado y ha intensificado sus apariciones como conferenciante, por las que puede llegar a ingresar unos 75.000 dólares (55.000 euros) por charla, según cifras publicadas por el diario The New York Times.
Una remuneración que queda muy lejos de la que amasan sus padres, Bill y Hillary -que han levantado una fortuna de más de 100 millones de dólares (73 millones de euros) como conferenciantes en la última década-, pero que supera a la de veteranos políticos en activo o retirados, como los ex secretarios de Estado Colin Powell y Madeleine Albright.

En los últimos meses Chelsea -de 34 años y que en otoño dará a luz a su primer hijo con su marido, Marc Mezvinsky, con quien estudió y se casó en 2010- ha impartido varias charlas en instituciones que teóricamente comparten los objetivos de la fundación familiar, creada tras la salida de los Clinton de la Casa Blanca en 2001 y cuya amalgama de actividades versa desde la lucha contra el cambio climático y la desnutrición hasta favorecer el papel de las mujeres. Chelsea ha hablado, por ejemplo, de la importancia de combatir la diarrea en países subdesarrollados, ha compartido experiencias personales y ha analizado asuntos tecnológicos. En los próximos meses tiene previstos nuevos actos.

Al margen de su rol como conferenciante y en la fundación, Chelsea sigue trabajando como corresponsal especial para la cadena televisiva NBC, cargo que ocupa desde 2011 cuando finalizó una etapa de seis años en el mundo de la consultoría y las finanzas en Nueva York.

Chelsea ha hablado, por ejemplo, de la importancia de combatir la diarrea en países subdesarrollados, ha compartido experiencias personales y ha analizado asuntos tecnológicos

Las tarifas de sus padres oscilan entre los 200.000 y los 700.000 dólares (514.000 euros) por aparición. El exmandatario demócrata ingresó el año pasado ni más ni menos que 17 millones de dólares (12 millones de euros) por conferencias a lo largo del mundo. Mientras aún deshoja la margarita sobre si se presentará a las elecciones presidenciales de 2016, su esposa Hillary también se ha subido con fuerza en el último año al carro de las charlas públicas y recientemente ha estado muy activa en la presentación de su libro de memorias.

Aunque no ha estado exenta de polémicas. Los elevados emolumentos como conferenciante le han valido críticas sobre si está demasiado alejada de las preocupaciones del estadounidense medio. Un debate al que la exsecretaria de Estado contribuyó hace unas semanas cuando aseguró que ella y Bill estaban “arruinados” cuando dejaron la Casa Blanca. Sea cierto o no, de lo que no hay duda es que tardaron muy poco en disparar sus ingresos. Ahora, Chelsea sea suma al negocio.


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