Las muchas varas de medir de la justicia española

Resulta chocante la lectura del cable que asegura que un juez de la Audiencia Nacional dictará órdenes de detención internacional contra cinco ex dirigentes del Partido Comunista Chino, incluido el ex Presidente del país asiático Jiang Zemin. El anuncio del juez Ismael Moreno se genera en el marco de una investigación de los crímenes presuntamente cometidos contra la población del Tibet por el régimen chino durante la década de los ochenta y principios de los noventa. La Sala de lo Penal instó al magistrado a detener e interrogar a los cinco antiguos líderes comunistas, todos ellos imputados por el supuesto genocidio. Y digo que la noticia es irritante porque muestra la facilidad con la que la Justicia española se afana en deshacer entuertos tan complejos como lejanos, mientras se resiste una y otra vez a investigar los crímenes del franquismo y desprecia los reclamos de las víctimas, éstas sí españolas, que han tenido que acudir a la Justicia argentina en busca de las reparaciones que aquí se les hurta. La osadía de los justicieros de la Audiencia Nacional no tiene parangón cuando se trata de castigar a los presuntos culpables de crímenes ocurridos en otras tierras, aunque ello provoque un cataclismo diplomático. Pero esos espadachines togados son los mismos que han consagrado en España, por defecto o por exceso, la impunidad de los que cometieron todo tipo de abusos y llevaron a cabo ejecuciones de civiles a mansalva, tras el alzamiento militar en 1936 contra una república legalmente constituida. La inmensa mayoría de los jueces y fiscales españoles, salvo honrosas excepciones, son cómplices del agravio a las víctimas del franquismo que continúa vigente a pesar de contar con la censura de Naciones Unidas y de organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional. Y de ahí que resulte estomagante, muy fastidiosa, la lectura de cables en los que algunos de estos jueces aparecen como paladines de una justicia universal de la que en España, simple y llanamente, reniegan.

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