La madurez del imperio
El imperio británico tuvo siempre claro que no basta con la
conquista territorial para perpetuar la estirpe, sino que hay que gestionar debidamente
la expansión y administrar en consonancia con los lugareños. Y en estos
menesteres, Londres no tiene parangón. Su estrategia es tan elemental como
efectiva: colonizar con nativos de las islas británicas los territorios
sometidos y, tras un tiempo prudencial, plantear la autodeterminación. La lealtad
está asegurada de antemano, siempre y cuando Londres provea en consonancia. Que
casi siempre lo hace.
El caso de Gibraltar, como el del Ulster y el de Malvinas,
resulta ejemplar. Aunque en el asunto del Peñón ni siquiera ha hecho falta
colonizar. Los gibraltareños aprendieron rápidamente la lección y apostaron por
Londres, lo que les ha reportado importantes beneficios ya que, sin ahondar en
minucias democráticas, en los últimos tres siglos se han librado de varias
guerras civiles y de una dictadura militar que duró casi 40 años.
Mientras en España la represión era materia cotidiana y el
pasaporte ibérico era objeto de sospecha en muchas aduanas del viejo continente,
en Gibraltar se paseaban a pecho descubierto y disfrutaban de libertades ejercibles, reconocidas además en la
constitución.
Ahora, Londres alardea de nuevo de pedigrí imperial y lanza
el órdago del derecho a la autodeterminación para acallar a Madrid. No existe
la menor duda de que los gibraltareños se sienten cómodos bajo la soberanía
británica y que, en el mejor de los supuestos, votarían por su independencia.
Nunca por su regreso a España.
Ya es hora de que en el Palacio de la Moncloa tomen nota y
se olviden de las recetas propias de un patrioterismo caduco para reivindicar
un peñón que no quiere ser reivindicado.
Europa Press, Londres 11.08.2013
El Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha defendido
este domingo la "coherencia" de su política con respecto a Gibraltar y
a otros territorios de ultramar por la que defienden que el derecho a la
autodeterminación pesa más que el principio de integridad territorial de los
países que reclaman estos territorios.
"Nuestra política sobre Gibraltar no ha cambiado y es
coherente con nuestra política sobre otros territorios de ultramar. La
autodeterminación es más importante que la integridad territorial", ha
explicado una portavoz del Foreign Office en declaraciones recogidas por el
diario británico 'The Guardian' en su edición digital.
Así, la portavoz diplomática ha recordado que "el
pueblo de Gibraltar ha expresado en repetidas ocasiones y de forma
abrumadoramente mayoritaria su deseo de permanecer bajo soberanía británica".
Londres responde así a las recientes especulaciones sobre un
endurecimiento de la política española hacia el Peñón o sobre la posibilidad de
llevar esta cuestión a foros internacionales con el apoyo de Argentina, que
reivindica las islas Malvinas.
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