La soportable levedad del ser
La fragmentación social también ha provocado la dispersión
de ideas, la sectorialización, el desposicionamiento de una mayoría que busca
identidades en conceptos tan heterogéneos como difuminados. Cada vez más se
estilan las definiciones laxas, correctas: demócrata, ciudadano, indignado… cualquier
etiqueta vale para eludir el compromiso que realmente cuenta y al que hay que
alimentar a diario, en función de las adversidades y opresiones que siguen teniendo nombre y apellidos, aunque apenas se mencionen. Los resultados del estudio que adjunto, dirigido por la BBC,
son extrapolables a muchos países occidentales, sobre todo europeos. Y muestran
un rompecabezas preocupante en términos colectivos.
Abril 2013
Londres (Efe).- La sociedad actual en el Reino Unido se
puede dividir en siete clases sociales atendiendo a criterios económicos,
sociales y culturales, según un estudio divulgado hoy. La investigación
deja atrás la "obsoleta" clasificación en tres clases sociales
tradicionales como la obrera, media y alta, que sólo representan en la
actualidad al 39 % de la población.
Más de 161.000 personas participaron en la que ha sido la
mayor encuesta de este tipo realizada en este país, dirigida por la BBC y cuyos
resultados se publicaron hoy en la revista británica "Sociology
Journal". El proyecto desechó los parámetros que tradicionalmente
definían la clase -la ocupación, la renta y la educación- por considerarlos
"demasiado simplistas" y se inclinó por otras tres dimensiones: la
económica, la social y la cultural.
El capital económico comprende la renta, los ahorros y el
valor de la vivienda, mientras que el social determina el número y el estatus
de la gente que alguien conoce; por último, el capital cultural se entiende
como la extensión y la naturaleza de las actividades y los intereses
culturales.
De esta manera, el estudio dibujó un abanico de siete
clases, cuyos extremos son la "elite", el grupo más privilegiado del
país y alejado del resto de clases por su riqueza, y el "proletariado
precario", el más desfavorecido y que representa a un 15 % de la
población.
"Este trabajo nos demuestra que todavía hay una base y
una cima, que en la cima todavía tenemos una elite de gente muy rica y en la
base un grupo muy pobre, con muy poco compromiso cultural y social",
señaló la profesora de sociología de la Universidad de Manchester y miembro de
la investigación, Fiona Devine.
Para la experta, "es lo que hay en medio lo que es
realmente interesante y emocionante", es decir, un área "muy
borrosa" entre la clase trabajadora y la clase media
tradicionales. Este área se concreta en el estudio en cinco clases
sociales, como la denominada "clase media establecida", que
representa al 25 % de la población con altos niveles económicos, sociales y
culturales.
Este grupo, el más numeroso y gregario del país, precede a
la llamada "clase media técnica", un grupo nuevo y reducido que es
próspero pero se distingue por su aislamiento social y por su apatía
cultural. Le siguen los "nuevos trabajadores acaudalados", una
clase joven, social y culturalmente activa, con niveles medios de capital
económico.
El siguiente grupo se identifica con la "clase
trabajadora tradicional", que no destaca en ninguna dimensión pero que no
se puede clasificar como desfavorecido porque el valor de sus hogares es
razonablemente alto debido a la edad avanzada de sus componentes, con una media
de 66 años.
Por último, se encuentran los denominados "trabajadores
emergentes", una clase nueva, joven y urbana que es relativamente pobre
pero tiene un alto capital social y cultural. Los investigadores apuntan a
que los "trabajadores acaudalados" y los "trabajadores
emergentes" descienden de la clase trabajadora tradicional que se vio
fragmentada por la desindustrialización, el desempleo masivo, la inmigración y
la reestructuración del espacio urbano.
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