Los objetivos errados de #YoSoy132
El movimiento #YoSoy132 se ha erigido en México en
conciencia ciudadana; pero a pesar de que muchas de sus proclamas son más que
justicieras, nació lastrado por su posicionamiento en contra del candidato del
Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, virtual ganador
de las elecciones del pasado domingo.
A diferencia de los indignados españoles del 15-M, los
integrantes del movimiento mexicano no han sabido mantener la equidistancia
debida para que sus reivindicaciones se expandan y empapen a la ciudadanía en
su conjunto, al desacreditar a un importante porcentaje de la población
mexicana que por múltiples razones ha decidido apoyar a Peña Nieto.
Sus denuncias sobre la manipulación mediática por parte de
las grandes televisiones y las profundas carencias de México no sólo son
oportunas sino procedentes; y lo que es más importante: necesarias. Sin
embargo, su empecinamiento en la descalificación de las últimas elecciones
presidenciales poniendo al candidato del PRI en el punto de mira, es una
apuesta de altísimo riesgo para un movimiento que busca sumar simpatías entre
una ciudadanía maltratada, como hizo el 15-M al rebufo de la crisis en España.
La fijación por borrar del mapa político a Peña Nieto, al
tiempo que apoyan sin tapujos al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel
López Obrador, convirtiéndose en ocasiones en correa de transmisión de las
proclamas del Movimiento Progresista, resta sin duda alguna impacto social a
los miembros de #YoSoy132 y los conduce a un callejón de difícil salida civil.
Ya han comenzado a asomar los primeros desacuerdos en el movimiento mexicano, que cocina todas sus decisiones en asambleas, con ocasión
de las reiteradas movilizaciones en contra de la elección preliminar de Peña
Nieto como nuevo presidente.
“Mientras ensayan su idea de democracia, unos y otros, en
unos cuantos días, parecen haber aprendido tanto, pero tanto en las aulas, que
saben mejor lo que al IFE y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación les ha llevado más de 15 años para organizar y calificar elecciones
con certeza jurídica: `México votó, Peña no ganó´, es la sentencia que rezan
sus pancartas”, advierte el analista político Carlos Marín en el diario Milenio.
#YoSoy132 debería reconducir sus propuestas y apartarse lo
más posible de la riña entre candidatos y partidos, alejarse definitivamente del
barullo para procurarse un espacio con perspectiva, mucho más integrador, del
que surjan demandas coincidentes, alimentado en definitiva por las soluciones
de urgencia que requiere México, ya se hable de pobreza, desigualdad,
violencia, corrupción o inseguridad social.
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