Políticos que desafinan
Hay políticos limitados, evidentemente. Como en todos los
gremios. Sin embargo, en este país de países resulta alarmante la falta de
profesionalidad de tantos cargos elegidos o institucionales.
Es el caso de la secretaria general del Partido Popular (PP), María Dolores de
Cospedal, cuya oratoria deja mucho que desear como lo demuestra cada vez que se
acerca a un micrófono. Su última intervención también está repleta de sandeces
que suelta con un desparpajo decidor sobre su elevada autoestima, aunque no
encontremos base alguna para la misma. "No hay ningún tipo de
incertidumbre acerca de la economía española", ha sentenciado De Cospedal
sin sonrojo, cuando medio planeta observa con preocupación las resistencias del
Gobierno de Mariano Rajoy al rescate financiero que se antoja inevitable, con
los mercados internacionales castigándonos a diario, y con los expertos más
variopintos argumentando justamente en sentido contrario al marcado por la
ínclita dirigente. "La economía española tiene grandes fortalezas y una
cosa es que el Gobierno tenga que hacer lo necesario para consolidar, financiar
y sanear nuestro sistema financiero y otra cosa es que España no tenga la
fortaleza suficiente para salir hacia adelante", agregó la líder del
PP en su habitual estilo cantinflesco, aunque sin la menor pizca de gracia. El
caso de De Cospedal no es excepcional, ni mucho menos. Sobran ejemplos de
cortedad en este país. El agravante: que en estos tiempos de emergencia, la
capacidad debe ser una cualidad doblemente exigible, especialmente a los
políticos que una y otra vez menosprecian al colectivo con la exhibición de su
bobería.
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