Falla el procedimiento


Muy preocupante el contraste entre la enorme difusión que se presta a ciertas detenciones, ya se trate de supuestos cabecillas de ETA, presuntos colaboradores de Al Qaeda o terroristas internacionales, y la rapidez con la que los arrestados son puestos en libertad por falta de pruebas. Algo está fallando en el proceso cuando se anuncian a bombo y platillo acciones policiales a las que se les otorga a priori una trascendencia que no se corresponde con la posterior decisión judicial que, a menudo, resta méritos al operativo y a la investigación en su conjunto. Acaba de ocurrir de nuevo con la puesta en libertad provisional de los cinco argelinos detenidos el pasado martes en el País Vasco y Navarra acusados de dar apoyo logístico y financiación a Al Qaeda en el Magreb islámico. El auto del Juez Fernando Grande-Marlaska indica la existencia de "sólidos indicios racionales" de criminalidad, más allá de suposiciones concretas, pero "carentes de la precisa potencialidad en extremos de acreditar el relato histórico objeto de investigación". Es decir, en román paladino, que no había indicios suficientes para proceder al encarcelamiento de los supuestos colaboradores de Al Qaeda que, al final, resulta que no lo son tanto y que quizás ni hayan actuado como tales, a pesar de que su arresto se propagó a los cuatro vientos con intención glorificadora. Además, el daño causado a los detenidos a los que se les exhibe en los medios sin el menor pudor es irreversible, lo que debería generar mayores cautelas y profesionalidades en el ámbito policial y judicial.

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