Chulos de postín

El ex Ministro del Interior, José Luis Corcuera, acaba de ser condenado al pago de una multa de 300 euros por una falta de orden público o, lo que es lo mismo, por tener un comportamiento altanero con unos policías que le pidieron que se identificara cuando iba camino de la feria de Sevilla y a los que respondió con maneras de matón de barrio, negándoles las señas que le demandaban. Siempre es reprobable que cualquier ex funcionario haga alarde de prepotencia ante la autoridad intentando así establecer diferencias con el resto de los mortales, a los que ubican con su gesto de soberbia en una casta inferior. Pero el desliz se vuelve mucho más censurable cuando quien lo comete es un antiguo ministro del Interior, para más señas del PSOE, que ya durante su mandato se distinguió por sus posturas chulescas ante la menor provocación. Personajes como Corcuera deshonran un oficio, el de la política, que debiera ser intachable, buenamente valorado por la ciudadanía. Y que, lamentablemente, está cayendo en picada.

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