El recetario de Rajoy

Es deber ineludible de cualquier político calibrar al máximo sus declaraciones, despojarlas de flecos para que no haya sobreentendidos y puedan ser captadas de manera diáfana, sin interferencias. Pero Mariano Rajoy, una vez más, se aleja de los manuales y prefiere lanzar proclamas generalistas que en su momento atornillará entre bambalinas, cuando llegue al poder, si no yerran las encuestas.
Su último aporte es que en la actual situación económica todos tienen que apretarse el cinturón, conforme a una política de ahorro y austeridad en la que no entra en detalles, porque resulta contraproducente hacerlo cuando se buscan las máximas ganancias en las urnas.

"Yo creo que en los próximos años tienen que apretarse el cinturón todos. Empezando por el Gobierno de la nación, las comunidades autónomas, los partidos políticos, los sindicatos y los empresarios", ha dicho el líder del Partido Popular (PP) cuando es evidente que el reajuste de cuentas compete a unos más que a otros, que su aplicación tiene que ser progresiva en función de las rentas de cada quien, que se impone desaflojar el cinturón a los estrujados.
En definitiva, una muy discriminada toma de aceite de ricino; aunque mucho nos tememos que la advertencia de Rajoy se traducirá a medio plazo en una mayor asfixia para los de abajo.
Lamentablemente, la derecha española se significa como una de las más retrógradas y prepotentes de Europa y se encarga de ratificar su condición cada vez que demanda sacrificios masivos a una sociedad muy perjudicada, sin pedir cuentas a los culpables de la crisis. Todo lo contrario: consintiéndolos.

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