El amago de los ricos

Sorprendente la reacción de 16 de las mayores fortunas francesas que pidieron voluntariamente al Gobierno de Nicolas Sarkozy que les imponga un impuesto especial para contribuir a la superación de la crisis que afecta al país galo. Que los potentados demanden por iniciativa propia cargas impositivas adicionales, es un hecho insólito ya que la solidaridad no se suele estilar por esos pagos tan adinerados como pancistas. Sin embargo, la grandeur francesa ha vuelta a hacer mella en el corazoncito de los ricachones para guiarlos, aunque sólo sea transitoriamente, en dirección contraria al lucro. Se echan en falta en España gestos como estos que, a pesar de que no dejan de ser testimoniales por su escasísimo calado, son de agradecer cuando hay tantos cinturones apretados por la crisis. Pero me temo que nuestros millonarios permanecerán con el ademán impasible, si es que no protestan ante la posibilidad de que el Gobierno español aumente la presión fiscal a la alza y tengan que arrimar el hombro para sortear una crisis de la que ellos son culpables en primer grado. Porque como todo el mundo sabe, no hay una sola riqueza inocente por más que algunos proclamen su derecho a medrar sin límites.

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