Los de siempre...

Los terremotos golpean indiscriminadamente, como corresponde a la naturaleza. Pero hay barrios más vulnerables que otros. La Viña de la murciana Lorca lo es. Y no se trata de una excepción. Las mayores tragedias naturales tienen lugar en las zonas más precarias, léase el mapa donde se lea. El terremoto que hoy golpeó el sureste español, produjo como siempre daños devastadores en un asentamiento popular. Y esta es una de las mayores afrentas del sistema que nos ocupa; porque además, blinda a los de arriba ante cualquier circunstancia. Vaya este texto, referencial, como evidencia suma.


El próximo 3 de abril hará trece años de la muerte de Marcelino Molina, fundador de Comisiones Obreras (CC OO) en Lorca. En estos tiempos de crisis y de retroceso de los derechos sociales y laborales de la clase trabajadora, su figura como líder sindical se acrecienta con el paso del tiempo. A Marcelino le tocó vivir en una época tanto o más difícil que la nuestra. En esos tiempos de falta de libertad, luchó, contra todo y contra todos, para defender los derechos sociales y laborales de los trabajadores y las libertades y derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Esta lucha le supuso un fuerte coste personal que, entre otras cosas, le llevó a perder su puesto de trabajo.
En el homenaje que se le rindió, pocos meses antes de su muerte, el 13 de febrero de 1998, pudimos comprobar cómo, independientemente de su ideología y de su militancia política, gozaba del respeto de todo el espectro político y de sus conciudadanos. El nombramiento, por unanimidad de los grupos con representación municipal, PP, PSOE e IU, como Hijo Predilecto de Lorca, en noviembre de ese mismo año, puso nuevamente de manifiesto el respeto por su persona y su labor político-sindical.
Marcelino fue también uno de los artífices del movimiento vecinal en Lorca y de la creación de la Asociación de Vecinos del Barrio de la Viña. Para reflejar el carácter obrero de este barrio propuso el nombre actual de algunas de sus calles, iniciativa aprobada por el Pleno del entonces ayuntamiento predemocrático.

Marcelino nos dejó, pero siempre recordaremos su compromiso, su entrega y su profunda coherencia. La vida y obra de Marcelino merecerían continuo recuerdo, pero la memoria de los hombres es frágil. Justamente para honrar lo que fue y lo que nos legó, se erigió en su día un modesto monumento que fue colocado en el parque de su querido Barrio de la Viña. Ese monumento, que se costeó por suscripción popular, pretendía simbolizar los valores, las ideas y los principios que Marcelino defendió durante toda su vida.
Sorprende, que el actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Lorca, sin ofrecer explicación alguna y con grave menosprecio de su memoria, haya modificado la esencia y la ubicación del monumento, desnaturalizando de manera fundamental el valor simbólico que constituía su razón de ser.
Por ello, exigimos públicamente que el monumento erigido en recuerdo de Marcelino Molina se restituya a su estado original y lugar de ubicación. Será una forma de respetar y guardar el debido homenaje al nombre y figura de quien tanto hizo por Lorca.

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