Rodríguez Braun, un neocon de tres al cuarto

Carlos Rodríguez Braun se ha distinguido desde siempre por despreciar y vejar a quienes disienten de sus floridas proclamas a favor del neoliberalismo. Es un reaccionario contumaz, flagelador de todas las izquierdas, valedor entusiasta de cualquier iniciativa privada y de los hombres de negocio con mayúsculas, por sus magníficas dotes para crear riqueza al alcance de todos los mortales que quieran redimirse, por su proverbial eficacia frente a tanto ciudadano desobligado que sólo aspira a que el Estado satisfaga sus necesidades básicas sin arrimar el hombro. Rodríguez Braun es un acérrimo enemigo del sector público y, como tal, de todas aquellas iniciativas que promuevan el concurso estatal para garantizar con los fondos adecuados el bienestar del colectivo. Simple despilfarro, según él, que se cura con una sobredosis de pragmatismo y privatizaciones en cascada. Por supuesto, también le parecen abominables los políticos y los gobernantes a quienes responsabiliza de casi todos los males. Pertenece a esa tribu de desaprensivos que consideran que todos cabemos en un mercado tan dadivoso como el que nos ocupa y que la marginación y la precariedad son consecuencias, mayormente, de la falta de voluntad y disciplina de los afectados. Experto en fabricar idioteces, eso sí, solapadas, mantuvo durante un tiempo en algunos medios de comunicación una columna que titulaba paradójicamente la tontería económica de la semana.  Tipo sobrado, sin escrúpulos, que imparte cátedra en la universidad para quebranto de las aulas. Absolutamente prescindible, como todo lo que escribe y predica.


Teresa Palacios y Antonio José Chinchetru (Periodista Digital).-

La divulgación de las ideas liberales en España tiene en buena medida un inconfundible acento ‘porteño', el del economista, catedrático de Pensamiento Económico en la Universidad Complutense y periodista Carlos Rodríguez Braun (Buenos Aires, 1948).

A su brillante carrera como académico une su labor como ensayista y sus constantes colaboraciones en medios de comunicación. En la actualidad es colunmista en ABC, Expansión y Libertad Digital y comentarista de los programas 'Herrera en la Onda' y 'La Brújula' en Onda Cero.

Su ultimo libro, Economía de los no economistas habla de cuestiones que se tratan en la obra y otros asuntos relacionados con lo que más le importa: la libertad.

Ya en la charla informal que mantuvo con algunos miembros de la redacción de Periodista Digital hizo gala del estilo personal que le caracteriza y que mostraría durante la entrevista: simpatía, sentido del humor y unos exquisitos modales que recuerdan a un perfecto gentleman británico.

Rodríguez Braun confiesa estar "bastante bien, a pesar del Gobierno" y se compromete no cambiar su inconfundible eslogan con el que saluda a Carlos Alsina en 'La Brújula' de Onda Cero si Rajoy gana las próximas generales. Para él, todos los gobernantes son malos y se compromete a "mantener la consigna" aunque a Zapatero le sustituya Rajoy. Tiene claro que:
 

Hay dos clases de politicos, los que fastidian mucho y los que fastidian algo menos. 

Muestra, eso sí, su esperanza de que al menos Rajoy sea del segundo tipo. Considera que "se les presta demasiada atención a los politicos" y hace patente su desconfianza hacia todos ellos, puesto que, según él, y sin diferencia de partidos:
 

Están dispuestos a recortar nuestra libertad y a quitarnos nuestro dinero... por nuestro bien.

Este maestro de liberales cree que los politicos de todos los partidos tienen una gran capacidad de hacer el mal, y una frase resume en gran parte su pensamiento:


Cuanto más trabajen -los politicos- va a ser peor para nosotros.

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