¿Estampida en la UE?

Al final, las reticencias de Reino Unido y otros países continentales para participar activamente en el espacio Schengen y la zona euro, van a estar más que justificadas habida cuenta de los malos vientos que soplan y los peores resultados que se avecinan. Hasta ahora, lamentablemente, el efecto más visible de la construcción de la Unión Europea (UE) ha sido la exagerada corpulencia de sus instituciones, lo que contrasta con la anorexia de las políticas que debería haber emprendido en aras de una mayor cohesión social y un progreso general, indiscriminado. No sólo no hay avances en las materias más sensibles, sino que algunos dirigentes amagan con desandar el escasísimo camino recorrido. Que se proponga el levantamiento de fronteras, aunque sea temporal, después de lo que ha costado derribarlas, dice mucho de la pésima salud de un proyecto europeo que a duras penas logró superar su fase embrionaria y que, desde el principio, se consagró a la causa mercantilista descuidando, alevosamente, otros cimientos esenciales para el buen funcionamiento del grupo.

Agencias (Roma).-
Los Gobiernos de Francia e Italia han propuesto a través de una carta conjunta a la Unión Europea que estudie la posibilidad de reestablecer de manera temporal las fronteras interiores en los países miembros debido a las "circunstancias excepcionales" provocadas por la actual crisis migratoria por el flujo de indocumentados del norte de África, según ha adelantado AFP.
La propuesta, que ha sido enviada al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, supondría una reforma del Tratado de Schengen, firmado en 1992, que autoriza la libre circulación de personas en el ámbito de la UE.
En ella se precisa que el reestablecimiento debe plantearse "en caso de dificultades excepcionales en la gestión de las fronteras exteriores comunes, en condiciones por definir".
En contenido de la misiva se ha conocido al término de la cumbre bilateral ítalo-francesa celebrada en Roma, donde el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha explicado que, durante su encuentro con el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, ambos acordaron además pedir una "mayor solidaridad" a sus socios comunitarios para hacer frente a la crisis migratoria.
"Hemos hablado de Schengen. Las cosas tienen que ser reguladas entre países amigos sobre la base del derecho existente. Ninguno quiere negar Schengen, pero en circunstancias excepcionales hemos acordado que pueda haber variaciones que tienen que ser trabajadas de modo conjunto", ha comentado Berlusconi en una comparecencia de prensa conjunta.
"Francia cada año ha recibido más de 50.000 inmigrantes. Italia ha recibido, por el contrario, una media de 10.000. El esfuerzo de Francia ha sido cinco veces superior al esfuerzo hecho por Italia y de esto nosotros somos conscientes", ha apostillado.
Sarkozy ha añadido que la carta al presidente de la Comisión Europea pide que la reforma de Schengen se convierta en una tema prioritario en el próximo Consejo Europeo, así como el refuerzo de la agencia de fronteras europeas Frontex.
"Queremos que Schengen siga existiendo, pero para vivir tiene que ser reformado", ha defendido Sarkozy, que ha asegurado que los que rechazan cualquier modificación de este tratado, firmado en 1992 y que garantiza la libre circulación por la Unión Europea, son los que están en contra del tratado.

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