Pérez Reverte y su verbo ruin

Sorprende la facilidad con la que algunos escritores menosprecian el oficio de los políticos. Y sorprende mucho más cuando a los políticos se les desprestigia con un lenguaje propio de cantina, faltón, chulesco, que tanto se estila en los ámbitos de la derecha celtíbera. Pérez Reverte, cuya literatura de evasión goza de muchos adherentes, es un ejemplo de escritor descasillado que se propasa cuando aborda territorios que le vienen extraordinariamente grandes. Sus zarpazos, que imagino que en función de su ego los tendrá como ingeniosos, son propios del pleistoceno. Y haría bien en centrarse en la pluma de la ficción y abstenerse de hacer comentarios que lo desacreditan como ciudadano. Aunque me temo que perseverará, porque es un noqueador y se ha especializado en la provocación carroñera, que siempre encuentra adeptos por estos pagos cainitas.

Es de sobra conocido que los usuarios de Twitter no tienen piedad con el mundo de la actualidad. Y en España es el turno del escritor Arturo Pérez-Reverte, que se ha convertido en uno de los trending topics de la red social.

Y todo porque el autor de las aventuras del Capitán Alatriste quiso referirse a la marcha de Miguel Ángel Moratinos del Ministerio de Asuntos Exteriores. En dicho acto, el ya ex ministro se emocionó al pronunciar su discurso de despedida. Algo inaceptable para Pérez-Reverte.

"Vi llorar a Moratinos. Ni para irse tuvo huevos", aseguró el escritor

"Por cierto, que no se me olvide. Vi llorar a Moratinos. Ni para irse tuvo huevos", aseguró el escritor en su cuenta de Twitter, donde a diario responde a numerosas preguntas que le hacen sus seguidores. Éstos no se creían lo que acababan de leer y muchos se lo reprocharon. Por eso, el escritor, que estaba apunto de irse a cenar ("O el venado, o el puto twiter", protestaba), decidió volver para contestar.

"Me iba a ir, pero antes leí los mensajes", comenzó. "Y veo que hay gente a la que es preciso explicar las cosas. Creía que no era necesario, a estas alturas. Pero vale", continuó para añadir que iba a explicar sus palabras "a los que no saben leer sino con orejeras y ven machistas bajo cada tecla".

Y las explicó, solo que a su manera. "No se es menos hombre (hablamos del ministro Moratinos) por llorar. Nadie habla de eso", aseguraba. "Se es un mierda cuando uno demuestra públicamente que no sabe irse. De ministro o de lo que sea. Moratinos adornó su retirada con un lagrimeo inapropiado. A la política y a los ministerios se va llorado de casa. Luego Moratinos, gimoteando en público, se fue como un perfecto mierda".

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