Otro futuro prometedor que nunca llegará

El ejemplo perfecto del bla, bla, bla.. desde una estupenda poltrona. Causa rubor, bochorno intenso, leer estas declaraciones tan parvularias. En boca de un príncipe. Pero es el guión esperable y esperado, que está escrito de antemano y al que todos se atienen, nobles y lacayos. ¿Qué problema hay en aventurar bondades cuya venida nadie está en condiciones de ratificar? Y de ahí que todo sea tan liviano, tan burdo, tan previsible.El escenario elegido en esta ocasión: Oviedo, el Teatro Campoamor y la entrega de los premios Príncipe de Asturias.


"Es en los momentos difíciles cuando los pueblos deben expresar más claramente la altura de sus ideales, su lucidez y su grandeza de ánimo"
En su discurso, el heredero de la Corona ha abogado por construir "con ilusión" una sociedad "solidaria e inclusiva, en la que tantas personas sin trabajo sepan que su situación es tan sólo transitoria, nunca una desesperanza sin final". Don Felipe añadió que "es en los momentos difíciles cuando los pueblos deben expresar más claramente la altura de sus ideales, su lucidez y su grandeza de ánimo" y abogó por "un mayor impulso a nuestra vida pública" y por "fortalecer las instituciones". Y afirmó que "también debemos buscar la moderación donde haya habido excesos; ética donde haya habido abusos".
Tuvo palabras de admiración para todos los premiados, y a los futbolistas, encuadrados en "la formidable generación de deportistas españoles", les agradeció el haber llevado "la emoción y el orgullo de ser españoles" a las casa y calles españolas. "Sois la España joven, ambiciosa y capaz, sin complejos ni renuncias; una demostración de que la juventud española actual está preparada para aspirar a las máximas metas", manifestó.

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