El socialista Tony Blair

Nada nuevo en el perfil de este político bochornoso y mesiánico, promotor en su día de una denominada tercera vía socialdemócrata que, a la vista de lo sucedido, se revela ahora como lo que realmente fue desde un principio: la excusa mejor acabada para su travestismo. En este artículo del The Wall Street Journal, se recogen algunas evidencias más que inquietantes sobre los últimos excesos del líder británico.

Para regocijo de los banqueros, hay un político dispuesto a defenderlos; un renombrado estadista, que ha afirmado, ni más ni menos, que “los swaps de impagos de crédito y los derivados no son intrínsecamente algo negativo”.
El veredicto de Tony Blair sobre las causas de la crisis financiera no servirá para mejorar su imagen ante sus ex compañeros del partido laborista británico. Blair se ha retirado de la escena política, convirtiéndose en una especie de banquero.
El político ha creado su propia “boutique financiera” en Londres, destinada a ofrecer servicios de inversión a fondos globales y a clientes multimillonarios. Su negocio está registrado en la Autoridad de Servicios Financiera, el regulador británico, y sus labores de asesoramiento poco tienen que ver con los servicios de consultoría política ofrecidos por otros antiguos estadistas, como Henry Kissinger.
La defensa que hace Blair de los mercados financieros está incluida en sus memorias, que llevan por título “A Journey” y que salieron a la venta el miércoles. La obra no destaca por un análisis en profundidad de los acontecimientos mundiales durante la época en la que fue primer ministro, ni siquiera los que cambiaron la escena política internacional.
Quizás pocos pongan en duda las afirmaciones de Blair, que asegura que disfruta más ahora, con sus actividades benéficas y sus negocios lucrativos, que en la época en la que fue primer ministro. Aunque reconoce algunos errores, el libro lanza una especie de convicción cuasi mesiánica: el ex político sabía qué era lo mejor para su país, para el mundo e hizo lo posible para conseguir sus objetivos.
También reconoce que los gobiernos, reguladores, políticos y los responsables de la política monetaria no lograron entender lo que estaba ocurriendo. Sin embargo, en su opinión, “la innovación financiera no es intrínsecamente perjudicial”.
Blair se muestra crítico con la forma en la que el Gobierno ha respondido posteriormente a la debacle económica. “El problema, yo diría el error, fue la combinación de déficit, la fuerte regulación, creer que los bancos fueron los responsables de todo y renunciar a la reinvención del Gobierno, optando por su rehabilitación”, escribe. Ahora, en el sector privado, el ex primer ministro es un vehemente defensor del “pequeño estado”.
Universidad
En su opinión, Europa necesita introducir reformas y debería utilizar la crisis económica como una oportunidad para liberalizar el mercado único y coordinar la política fiscal y monetaria, así como los sectores de defensa y de la energía. También apela a la coordinación para controlar la inmigración ilegal. Y, por último, lamenta el estado en el que se encuentran las universidades europeas, a las que invita a convertirse en “instituciones empresariales”.

Viniendo de un hombre que presidió un Gobierno que vio cómo muchos estudiantes británicos asumían cuantiosas deudas para poder licenciarse, sin que ello garantizara una salida profesional, esta última afirmación pone de manifiesto hasta qué punto el contacto con el entorno empresarial puede abrir los ojos de un político.
Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal Europe Yuan Trading Springs to Life in Hong Kong

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