Pobreza y seguridad en AL

En un interesante y documentado informe sobre la pobreza y la seguridad en América Latina, la politóloga Susanne Gratius cuestiona la militarización de los conflictos internos en esa región y vaticina que la violencia se convertirá a corto plazo en la principal amenaza de la zona.
“Es necesario un retorno del Estado, menos corrupto, menos clientelista y que tenga más en cuenta el beneficio de los ciudadanos”, subraya esta investigadora alemana que se doctoró en ciencias políticas por la universidad de Hamburgo.
Gratius considera que la alternativa militarista empleada por Estados Unidos para atajar el fenómeno del narcotráfico en países como Colombia, lo que provoca en realidad es la exportación del problema.
“Los grandes grupos de narcotraficantes se han desplazado de Colombia a México como consecuencia, entre otros factores, de la política militarista de Estados Unidos que reduce el impacto en un país para exportar el problema a otro. Ahora lo tiene directamente en su frontera sur”, precisa.
La politóloga subraya la debilidad de los Estados latinoamericanos para exigir una implicación de la sociedad civil en las tareas de seguridad, acompañada de una mayor complementariedad de las políticas de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) hacia América Latina, de tal manera que se equilibren las aportaciones de los dos bloques.
Según la experta alemana, la UE promueve las políticas cooperativistas en América Latina, desdeñando la óptica de seguridad, mientras que Estados Unidos sobredimensiona la alternativa militarista.
La región es algo menos pobre y desigual, pero más violenta e inestable que en décadas anteriores, alerta Gratius después de enfatizar que la libre circulación de armas es uno de los factores que contribuyen a la agudización de la violencia.
Del informe se desprende un pendiente ineludible: Estados Unidos debe corresponsabilizarse realmente de lo que sucede al sur de su frontera, sobre todo, en términos de cooperación para el desarrollo.

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