Polvo, pero polvo enamorado...

Tarde de maestros. Walt Whitman de nuevo. Mi particular regalo de reyes.


Para mí, una brizna de hierba no vale menos que la
tarea diurna de las estrellas,
e igualmente perfecta es la hormiga, y así un grano de
arena y el huevo del reyezuelo,
y la rana arbórea es una obra maestra, digna de
egregias personas,
y la mora pudiera adornar los aposentos del cielo,
y en mi mano la articulación más menuda hace burla
de todas las máquinas,
y la vaca, rumiando con inclinada testuz, es más bella
que cualquier escultura;
y un ratón es milagro capaz de asombrar a millones de
infieles.

Comentarios

y qué más da... ha dicho que…
Gracias por el regalo, compañero. Fuiste tú quen despertaste mi curiosidad por Whitman, con aquello de "en mí hay multitudes". Un abrazo,

David