Una vez más nos escamotean la información

Un enfoque sobre el pirateo somalí y de otras latitudes que también hay que tener en cuenta y que apenas se ventila en los medios, empeñados en etiquetar a víctimas y a verdugos para desterrar cualquier duda en el receptor. Obviamente es inadmisible el asalto a los atuneros españoles por los modernos filibusteros; igual de lamentable es el secuestro de los tripulantes. Pero la película real del oriente africano no responde ni mucho menos al guión que machaconamente se airea. Como se asegura en el texto que adjunto, la flota pesquera española se sitúa desde hace años entre las más depredadoras del mundo. Y este dato y su contexto son necesarios para entender, en parte, lo que está ocurriendo en el Índico. Huele, y mucho, a patrioterismo la cobertura del secuestro del Alakrana.



Antonio Rodríguez de León


Quiero poner énfasis a la grave situación en que se encuentran compañeros del sector pesquero. Los culpables son aquellos que conociendo la Ley del Mar, la violaban para lucrarse, poniendo en riesgo de peligrosidad, la vida de unos trabajadores que salen ganar el sustento familiar confiados que los llevan a caladeros permitidos por la Ley. Y no es así. No justifico a los piratas, pero mucho menos a los violadores.

Hasta el año 1958, las grandes potencias pesqueras faenaban legalmente por fuera de las doce millas. Años antes comenzaba a independizarse territorios ribereños del continente africano, cuyos caladeros de pesca estaban bajo vigilancia de patrulleras del país colonizador, del que éste, al abandonar la colonia, y la falta de vigilancia del nuevo Estado, las flotas pesqueras de países industrializados, se adentraban de forma ilegal en las doce millas, violando sistemáticamente la soberanía del nuevo estado ribereño.

Durante mas de 20 años, desde 1958 hasta 1982, las grandes industrias pesqueras europeas y asiáticas, venía expoliando los caladeros africanos ante la carencia de un orden internacional que regulara la pesca en el mundo. Durante dicho periodo, algunos estados con riquezas pesqueras en su litoral, extendía sus derechos de pesca hasta las 200 millas de forma unilateral. Fue tanta la presión de los nuevos países pobres, que lograron que se firmara la III Convención de las Naciones Unidas, que permitiría a los Estados ribereños, extender una zona marítima en su propio beneficio frente a terceros, que abarcaría desde la orilla de su litoral hasta las 200 millas, a dicha zona de titularidad del Estado ribereño, se le denominó jurídicamente Zona Económica Exclusiva.

Con el inicio de la gran depresión del sector pesquero industrial, que lo formaban las grandes empresas del sector en los países industrializados, empezó el decaimiento del sector pesquero de las multinacionales del sector pesquero. Las empresas respondieron por construir barcos inmensamente mayores para pescar por fuera de las ZEE de los estados libres. Durante un tiempo corto, se limitaron a cumplir con la normativa internacional, pero la avaricia les llevaba a llenar el barco en menos tiempo, así que optaban por adentrarse en la zona prohibida para sacar mayor rentabilidad, convirtiéndose en violadores del mar. Pero no pensaron que si ellos podrían construir barcos pesqueros mayores, los nuevos estados se dotarían también de mayores patrulleras. Ahí están los casos de barcos violadores en los caladeros del Fletán en Canadá, el bacalao en el norte de Noruega, el langostino en la costa W-SW Africa, la merluza al SUR-SE de África, al igual en los caladeros de Chile, Perú y Argentina.

Aquí, al sur de Canarias y mientras el Sahara fue español, las patrulleras españolas solo vigilaban las 12 millas. Las flotas Griegas, Italianas, Coreanas, Japonesas y otras, pescaban en el caladero canario-sahariano con libertad por fuera de las doce millas. Tanto en ese caladero, como el tradicional caladero al Este de Marruecos (Norte y Este de Canarias), del cual se beneficiaba la flota pesquera andaluza, ahora para pescar, hay que pagar licencia a Marruecos. Incluso para la pesca al sur del grado 30N que corresponde a las aguas interiores del archipiélago canario. Canarias no puede impedir el saqueo a sus recursos marinos y España no puede sancionar a los barcos violadores por carecer de competencia internacional, para estos, y otros casos sobre los espacios marítimos de Canarias.

Existen hombres-piratas en el mar porque existen barcos violadores. Cuando los Países ricos, respeten los caladeros de pesca de los Estados pobres, se acabarán los piratas marítimos.

Antonio Rodríguez de León es presidente de la Plataforma por el Mar Canario.

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