La España inacabada

El problema es evidente, salvo para los que se niegan a verlo. Muchos de estos periódicos que han decidido publicar un editorial consensuado, están muy lejos de ese radicalismo que se le atribuye al independentismo catalán. Y la reflexión conjunta en este caso es mucho más que razonable; resulta pertinente. En lo personal me parece imperioso que España solucione la asignatura pendiente de su identidad con el reconocimiento explícito de lo que según mi entender son hechos diferenciales: País Vasco, Cataluña y Galicia, aunque en este último caso el nacionalismo se muestra mucho menos pujante. El resto de las autonomías, sinceramente, me parece que surgieron por arte de birlibirloque, oportunos recursos legales para descafeinar en ese momento y en el futuro las pretensiones autonómicas de regiones que cuentan con idioma, cultura y aspiraciones propias desde varios siglos atrás y que en el caso de Cataluña y País Vasco fueron despojadas de sus atributos hasta integrarlas en la marca hispánica a golpe de batalla o de decreto. A estas alturas ya no valen las cuentas de quién de los postulantes puso más sobre el tablero ibérico. Cuando en una nave un porcentaje significativo de los remeros se resiste a bogar, hay un grave inconveniente. Pienso que la solución pasa por la autodeterminación, aunque éste sea un término que en Madrid y otros lares está rigurosamente prohibido. Ni siquiera existe la posibilidad del debate, lo que dice mucho del alcance del trauma psicológico que muchos se resisten a esclarecer en el diván.


Doce diarios catalanes publican hoy jueves, un editorial conjunto en defensa del Estatut en el que subrayan la expectación por la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) y advierten: "Si es necesario la solidaridad catalana volverá a articular la legítima respuesta de una sociedad responsable".
Los principales rotativos catalanes que se han sumado a esta iniciativa inédita son El Periódico, La Vanguardia, Avui, El Punt, Diari de Girona, Diari de Tarragona, Segre, La Mañana, Regió 7, El 9 Nou, Diari de Sabadell y Diari de Terrassa.
'La dignidad de Catalunya' es el título del editorial conjunto en el que se recuerda que el TC lleva tres años de "lenta deliberación y de continuos escarceos tácticos que han dañado su cohesión y erosionado su prestigio".
Recuerdan los rotativos catalanes que con la esperada sentencia sobre el Estatut será la primera vez, desde 1977, que el alto tribunal se pronuncie sobre "una ley fundamental refrendada por los electores".
El TC "ha sido empujado por los acontecimientos a actuar como una 'cuarta Cámara'", según este editorial en el que se recuerda que de los doce magistrados que componen el tribunal, "sólo 10 podrán emitir sentencia", ya que Pablo Pérez Tremps fue recusado y Roberto García-Calvo ha fallecido.
Además, subraya el artículo, de los 10 jueces, "cuatro siguen en el cargo después del vencimiento de su mandato, como consecuencia del sórdido desacuerdo entre el Gobierno y la oposición".
Los puntos de fricción del debate
Tras recordar los "puntos de fricción" del debate, como la definición de Cataluña como nación, el catalán y las relaciones entre el Estado y al Generalitat, advierte que "una parte significativa del tribunal parece estar optando por posiciones irreductibles".
"Hay quien vuelve a soñar con cirugías de hierro que cercenen de raíz la complejidad española", se asegura en el artículo editorial.
Los rotativos consideran que con la sentencia del TC está en juego "el espíritu de 1977" que hizo posible la transición española y expresan su temor de que se esté preparando "un verdadero cerrojazo institucional".
En este punto, recuerdan "uno de los principios vertebrales de nuestro sistema jurídico, de raíz romana: Pacta sunt servanda. Lo pactado obliga".
Advierten de la preocupación que hay en Cataluña sobre esta cuestión y afirman: "Hay un creciente hartazgo por tener que soportar la mirada airada de quienes siguen percibiendo la identidad catalana (...) como el defecto de fabricación que impide a España alcanzar una sonada e imposible uniformidad".
En el editorial se subraya la aportación catalana a la economía española, "sin privilegio foral", y la importancia de su lengua, "sometida tantas veces a obsesivo escrutinio por parte del españolismo oficial".
"No estamos -advierten los rotativos- ante una sociedad débil, postrada y dispuesta a asistir impasible al menoscabo de su dignidad", y aseguran que, aunque no quieren presuponer un desenlace negativo, Cataluña seguirá reclamando el reconocimiento de su identidad, un mejor autogobierno y financiación y un salto cualitativo en las infraestructuras.

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