Los ricos también votan a la izquierda

Paradoja, paradoja… o siglo XXI cambalache… resulta ahora que si los socialistas deciden gravar las rentas más altas en España, perjudicarían a una franja de su propio electorado y no mayoritariamente a los ámbitos de la derecha, como cabría presumir. Eso es lo que asegura al menos el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cuyos datos adjunto más abajo. Al ritmo galopante al que vamos, no me extrañaría que el megabanquero Emilio Botín votara al PSOE, clandestinamente, claro. Menudo revuelto ideológico.


La propuesta de José Blanco (Ministro de Fomento) para subir los impuestos a los ciudadanos con mayor renta afectaría, al contrario de lo que cabría esperar, a más votantes del PSOE que del PP. Si finalmente se lleva a cabo este incremento fiscal, los socialistas se arriesgan a ahuyentar a una parte importante de su electorado en un momento en que no le sobran apoyos. Otras medidas polémicas, como el contestado subsidio de los 420 euros, y el anuncio de que se podrían congelar los salarios de los funcionarios, también pueden espantar a una significativa cantidad de electores que se declaran socialistas.
De acuerdo con el barómetro del CIS, que en julio situó al PP por delante del PSOE en intención de voto, el 28,2% de los votantes de clase alta y media-alta se identifican con los socialistas, mientras que sólo un 18,7% daría su voto a los populares. De hecho, en cuanto a ubicación ideológica, el 46,2% de las personas con mayor renta se declaran de izquierdas; un 28,9% se sitúa en el centro; y sólo un 13,9% admite ser de derechas.
Curiosamente, la clase alta y media-alta es más de izquierdas que las clases medias u obreras. Según estos datos, un aumento de la presión fiscal sobre los que más ganan, más allá de su discutida efectividad sobre la recaudación, alejaría a más votantes del PSOE de los que podría atraer por su cariz progresista. Quizá por ello, Blanco se apresuró a matizar que se trataba de una reflexión personal y no de un plan del Ejecutivo.

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