Las inquietantes fotos de Berlusconi

Las fotos inéditas publicadas por el “El País”, con las que este diario pretende relatar gráficamente los excesos del primer Ministro italiano Silvio Berlusconi en su villa de Cerdeña, hablan de la deriva en la que ha entrado el grueso de esta profesión periodística desde hace algún tiempo. Principios éticos que antes eran inamovibles, se relativizan cada vez más en aras de la difusión y de las ventas.
Los mentideros de la villa aseguran que “El País” pagó por la exclusiva un millón y medio de euros al reportero italiano Antonello Zappadu que, desde que trascendió, ha insistido en que no quiere que se le confunda con un paparazzo. En realidad, este reportero pertenece a una ralea inferior, muy inferior.
¿Cómo se puede tildar, si no es al menos con el apelativo de paparazzo, a un colega que durante dos años se dedica a fotografiar clandestinamente todos los ajetreos que tienen lugar en una residencia privada con el único fin de que su objetivo se tope con una toma escandalosa y vendible? Es ni más ni menos lo que ha hecho este reportero gráfico italiano que vendió a precio de oro su exclusiva al diario español tras reiterar que no era un simple mercachifle, ya que su intención fue siempre la de denunciar al intocable. Poco creíble su alegato.
Hasta ahora, lo único que evidencian las fotos son los excesos, esta vez orgiásticos, del inefable Berlusconi en su residencia de Cerdeña. No hay en la serie ni un solo indicio de conducta susceptible de ser perseguida judicialmente.
Por lo demás, que un diario como “El País” decida lanzarse con talonario de por medio a tamaña aventura gráfica, propia de cualquier revista liviana, debe ser motivo de preocupación general. No en balde, el corresponsal de Radio Nacional de España (RNE), en Roma, Iñaki Díez, se descolgaba en su blog con el texto indignado que reproduzco más abajo. Sus inquietudes son compartidas por buena parte de la profesión que aspira a un periodismo más íntegro, honesto, concebido como un servicio público y no como cuerno de la abundancia.
Malos tiempos los que corren para esta profesión; muy malos. Lo menos que podemos hacer es propagar a los cuatro vientos estos y otros excesos mediáticos que algunos justifican en la búsqueda y captura del que es sin duda un gran abusador.

Iñaki Díez, corresponsal de RNE en Roma, en su blog:
Me avergüenzo: la presidenta de la Federación de Asociaciones de Prensa de España felicita a “El País” por su exclusiva” al publicar las fotos de la villa de Berlusconi. Mejor hubiera estado callada porque, se supone, que representa también a los profesionales que nos ruborizamos con la incisión en las vísceras ajenas con el único fin del éxito profesional. Magis realiza un ejercicio de hipocresía corporativa porque sabe que el valor de la exclusiva es sólo el precio que el dueño puso a las fotos. Se trata de una inversión de un grupo editorial que atraviesa por apuros económicos, como tantos otros. El fotógrafo puso el precio a las imágenes: un millón y medio de euros.”El País” llegó a las fotos y las consideró una inversión. De hecho, tras la publicación, el diario nos revela cómo se han batido todos los récords de visita “ on line”. Así que felicidades desde el punto de vista empresarial. Pero que no nos digan que esas fotos expresan el modo en que Berlusconi gestiona Italia. Son instantáneas robadas en la casa de un personaje con un grupo de amigos que hacen lo que les da la gana en su intimidad. Decir que así muestra cómo gobierna el país es confundir churras con merinas, tratar de justificarse por caer en el amarillismo hediondo y equivocar a sus lectores. Él hace lo que le da la gana con sus amigos, como lo hace el fotógrafo que tomó las fotos, como hace también quien las compró, Magis Iglesias y como lo hago yo. Las imágenes de los visitantes saliendo de los aviones oficiales sí suponen algo denunciable. Pero no nos pongamos la venda, ni nos vistamos de novicios: hay mucha gente que viaja en aviones oficiales aprovechando un desplazamiento ya proyectado.
Magis felicita también a los compañeros de “EL País” porque pixelaron las fotos. En el periódico, se felicitaba al fotógrafo porque fue él quien pixeló los rostros.
A Magis Iglesias le digo que no me representa cuando realiza estas afirmaciones alimentando el periodismo de granero donde cualquier cosa sirve para engordar a la piara. Berlusconi aspira a ser el Rey Sol de Italia y sólo denunciando sus abusos públicos se puede desenmascarar a este encantador de serpientes que supone un peligro para las libertades. Pero si convertimos esto en un granero, no hacemos más que alimentarle porque es el lechón que mejor se nutre en la suciedad.


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