El último disparate judicial

Para todos los que sostenemos que en el País Vasco, además de los problemas derivados del terrorismo, existe un conflicto político de importante calado, el recién anunciado proceso contra Juan José Ibarretxe por reunirse con la ilegalizada Batasuna, es una pésima noticia. Mucho más lamentable porque atañe también a dos destacados dirigentes socialistas, acusados asimismo de cooperar en un delito de desobediencia. Coincido totalmente con los portavoces del Gobierno vasco cuando afirman que la decisión de enjuiciar por la vía penal una actuación política es, literalmente, un fraude constitucional que atenta gravemente contra la separación de poderes. Yo añadiría todavía más. El juicio oral que pesa sobre Ibarretxe supondrá otro revés para el difícil y complejo proceso de pacificación que necesita el País Vasco. Y una excelente coartada para el nacionalismo más autista. Contrario como he sido siempre al destierro de Batasuna por considerar que la justicia debe actuar contra las personas que delinquen y no contra las instituciones legalmente constituidas, máxime cuando éstas cuentan con arraigo popular, encajo con doble preocupación la nueva arremetida judicial contra políticos cuyo único delito ha sido el de buscar, mediante el diálogo, una salida negociada al callejón del País Vasco. Para ello, se reunieron con los líderes de Batasuna en abril y julio de 2006, cuando la formación independentista estaba ya ilegalizada y cuando se cumplían varias semanas de la tregua unilateral declarada por ETA. En esas circunstancias algo más distendidas, la persecución del consenso mediante la discusión en corto de todos los actores políticos vascos implicados, no sólo era algo necesario; también era una obligación moral. Imprescindible. En lo personal, no me cabe la menor duda de la voluntad mediadora de Ibarretxe y del socialista Patxi López, también encausado. Sus partidos no sólo defienden sus respectivas tesis mediante el empleo exclusivo y a mansalva de la palabra y la comparecencia debida ante las urnas, sino que representan a la mayoría de la población vasca que, elección tras elección, viene respaldando sus proclamas. Por lo mismo, resulta mucho más improcedente una decisión judicial que sólo es comprensible en términos de obcecación y revanchismo. No en balde, son la Asociación Dignidad y Justicia y el más que parcial Foro de Ermua, los dos encordados al Partido Popular, los promotores de la acusación que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha elevado finalmente a los altares. Con anterioridad, el Ministerio Fiscal optó, en un alarde de jurisprudencia, por el sobreseimiento del asunto consciente de que la Justicia no puede inmiscuirse en actuaciones meramente políticas. Y consciente también de que en un escenario tan quebradizo como el del País Vasco, cualquier actuación judicial de este tipo va a contribuir a la crispación más que al sosiego. La adecuada interpretación de las leyes, en el mundo de la judicatura, es igual o más importante que la aplicación rigurosa de las mismas, sobre todo cuando el ambiente social está sobrecargado. Y ahí es donde jueces y fiscales deben afinar el olfato y sacar compás y cartabón antes de ponerse a redactar el auto; algo que no han hecho. La comparecencia de Ibarretxe y de López ante los tribunales sólo servirá para compensar en parte a una derecha que se siente agraviada y que está demostrando con creces que su apuesta, estrictamente judicial y policial, para luchar contra el fenómeno terrorista en el País Vasco, abarca mucho más que a ETA y su entorno. Los considerados cómplices de las negociaciones de paz emprendidas por José Luis Rodríguez Zapatero, también están en el punto de mira de estos extremistas que llevan años saboteando cualquier iniciativa que tienda al apaciguamiento. Si encuentran la oportunidad, tratarán de sentar en el banquillo de los acusados al mismo Presidente del gobierno, a quien ya han endilgado todos los insultos posibles por dialogar con los etarras con el consentimiento del Parlamento español. La malquerencia les puede. Y les empuja.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
LA VERDAD ES QUE MIENTRAS NO SE IDENTIFIQUE EL PROBLEMA DE FONDO Y SE SIGA PRETENDIENDO COMBATIR LOS EFECTOS, CONTINUARAN DANDO TUMBOS.
AUNQUE POCOS ES UNA SUERTE QUE HAYA GENTE QUE AUN IDENTIFIQUE EL DISPARATE. GRACIAS AMIGO.