Otro aviso para navegantes

Ya sabemos lo que significa “mayor flexibilización” del mercado laboral: despidos más baratos y contratos más precarios, entre otros apagones. Llama la atención el empeño con el que la Comisión Europea persigue la armonía económica y financiera del continente, apretando cuando procede las clavijas de los socios más remolones, y el desdén que la caracteriza a la hora de garantizar una existencia digna a sus ciudadanos, en el sentido menos metafórico. El “no” al proyecto constitucional que se produjo (afortunadamente) en Francia y Holanda tiene muchas lecturas; pero sin duda el rechazo expresaba también un profundo descontento por los escasísimos avances políticos y sociales de la Unión Europea como tal. Esta frustración colectiva, a la que contribuye el progresivo desmantelamiento de un estado de bienestar tildado de insostenible y anacrónico, se vuelve más irritante cuando constatamos la velocidad con la que nos movemos hacia la unificación económica, con todas las amenazas que conlleva la regularización del mercado en clave neoliberal. La productividad y la competitividad que se les demanda a los países europeos pasa inevitablemente por la renuncia a muchos de los derechos laborales trabajosamente adquiridos por los que nos precedieron. A continuación, la última advertencia.


La Comisión Europea advirtió ayer a España Grecia y Portugal de que su ritmo de acumulación de deuda exterior se hace insostenible a largo plazo. Bruselas advirtió que los tres países deberán llevar a cabo un "recorte sustancial" de sus déficits por cuenta corriente.

La Comisión asegura, en un informe publicado ayer, que la existencia de amplios déficit en ese apartado "en sí misma, no debería ser un motivo de preocupación". Sin embargo, el incremento apreciable de las diferencias entre los estados miembros "refleja algunos desequilibrios dentro de la zona" que merecen análisis y vigilancia.

El informe hace especial referencia a la "gran disparidad" en la evolución de la competitividad, y recomienda a los tres países con mayores déficit por cuenta corriente -España, Portugal y Grecia- que aumenten su competitividad mejorando la productividad.

"Una desregulación más firme podría contribuir sustancialmente a afrontar este desafío, de la misma manera que una mayor competencia conduciría a aumentos de productividad más sólidos", según el documento.

Bruselas propugna en consecuencia una flexibilización mayor de los mercados laboral y de productos en estos tres países.

Recuperación "amplia y duradera"

En su informe trimestral sobre la economía de los Doce, el Ejecutivo de la UE destaca además que la recuperación económica es "amplia y duradera".

Por ello, considera que la zona euro está bien preparada para enfrentarse a una situación internacional que es ahora menos favorable debido a la ralentización de la economía en Estados Unidos.

La razón estriba en que la demanda interna es el pilar de la expansión europea y el mercado laboral sigue mejorando, con una tasa de desempleo que se encuentra en su nivel más bajo desde el 2001.

El Producto Interior Bruto de la zona euro creció un 0,5% en el tercer trimestre de este año y un 2,7% interanual. Pero a pesar de una pequeña ralentización, todos los componentes de la demanda interna siguieron creciendo a un ritmo fuerte.

El consumo de los hogares fue particularmente boyante, respaldado por el aumento del empleo y la elevada confianza de los consumidores.

Después de un trimestre anormalmente fuerte, las inversiones se ralentizaron, aunque continuaron aumentando a un ritmo sólido, y la confianza empresarial permanece muy alta, lo que sugiere una perspectiva favorable para lo que queda de año.

Bruselas indica que estos desarrollos recientes son consistentes con sus previsiones macroeconómicas de otoño, según las cuales el crecimiento económico de la zona euro debería ser de alrededor del 2,6% en el 2006, es decir, el mejor resultado de los pasados seis años.

Para el 2007, el Ejecutivo comunitario prevé una ligera ralentización del crecimiento, debido a los efectos del aumento del impuesto sobre el valor añadido en Alemania y a un entorno internacional menos favorable.

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