¿Millonarios y solidarios?

¿Alguien es capaz de imaginar a los millonarios de determinado país advirtiendo a su Gobierno de que están recibiendo un trato fiscal demasiado benigno y, en consecuencia, rechacen pagar menos impuestos?

Pues este episodio surrealista está teniendo lugar en Estados Unidos, donde 400 magnates han demandado al presidente Donald Trump que no promueva iniciativas que exacerben todavía más la desigualdad social en ese país, como son la reducción sustancial de las tasas impositivas a las empresas y la supresión del impuesto de sucesiones, medidas ambas contempladas por la actual administración.

El republicano Trump hace gala una y otra vez de sus maneras rancias, su demagogia y sus preferencias por los pudientes; pero lo cierto es que también con Barack Obama los millonarios estaban excesivamente consentidos.

La asociación de ricachones que lleva el enigmático nombre de "Riqueza Responsable" (Responsible Wealth), recuerda al equipo de Trump que el 42 % de la riqueza de Estados Unidos recae en apenas un 1 % de sus hogares.

La protesta de los opulentos ocurre cuando muchos Gobiernos se han alineado con el neoliberalismo tras arrojar la contención por la borda, permitiendo que la crisis siga golpeando en distintos grados al grueso del colectivo mientras los potentados incrementan sus respectivos patrimonios, todo ello avalado por el silencio cómplice de la gran mayoría de los agraviados.

Obviamente los millonarios no son lerdos, y saben perfectamente que el sistema puede colapsar si la cuerda se estira demasiado a su favor. Su manifiesto podría ser interpretado como un gesto humanitario, pero en realidad no hacen otra cosa que defender privilegios puestos en peligro por el progresivo debilitamiento de las clases que los sostienen.

Que los mercaderes se vean obligados a moderar su actividad lucrativa sin que medien presiones de ningún tipo, no es sino el reflejo de una sociedad dócil, entregada, en la que el capitalismo se pavonea ya sin el menor recato.

Comentarios