La muy selectiva prensa occidental

Una vez más se confirma la desigual atención que los medios de comunicación prestan a los sucesos planetarios. El reciente atentado en Londres, que se cobró la vida de cuatro personas, incluida la del terrorista, ha sido objeto de un despliegue inusual si tenemos en cuenta que a diario se registran a nivel global tragedias mucho mayores provocadas por la hambruna, los desastres naturales, los desplazamientos migratorios, los conflictos bélicos o las razzias del yihadismo.

Sistemáticamente, estos dramas que afectan sobre todo a los más vulnerables, son desatendidos por la prensa occidental.

Pero basta que las víctimas sean europeas para que el evento adquiera tintes relevantes y se proceda a una cobertura especial, desmedida, sobre todo si acontece en alguna de las capitales del viejo continente.

Estamos ante un periodismo sumamente atento a la mercadotecnia, que discrimina en función de la raza y la nacionalidad de las víctimas para que prevalezcan unas sobre otras.

Entre tanto vacío informativo, las noticias que rebosan sólo pueden despertar sospechas.

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