España y el analfabetismo funcional

No hace falta acudir a un sesudo informe para constatar el analfabetismo funcional que caracteriza a España desde tiempos inmemoriales y que la última etapa democrática ha sido incapaz de mitigar.

Basta con certificar la muerte de los semanarios de información general, las famélicas tiradas de los diarios con predominio de los periódicos deportivos y el auge del revisterío basura conocido como prensa del corazón, para tener una idea del estado comatoso en el que se halla la lectura en este país de países.

Pero este déficit no se registra sólo en el mundo mediático, obviamente.

Un reciente informe de la Federación de Gremios de Editores de España lo acaba de ratificar: el 35 por ciento de los ibéricos asegura no abrir jamás un libro y más del 40 por ciento asumen que no tienen interés alguno por la lectura o por el mundo de la cultura en general.

Y es probable que las cifras se queden cortas, debido a la tendencia de la mayoría de los encuestados a camuflar sus carencias cuando se les pregunta sobre sus hábitos.

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