El socialismo español ¿se practicará el hara-kiri?

Sobran ejemplos en Europa de partidos socialistas potentes que han acabado bajo los escombros. El griego Pasok es uno de ellos; y el también fenecido PSI italiano es otra prueba de que en política no está garantizada la inmunidad.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en una conducta impropia de su trayectoria centenaria, se halla inmerso en una crisis fenomenal, que en el mejor de los casos puede derivar en una mayor derechización de esta formación que renunció hace ya tiempo a sus señas de identidad más genuinas.

Pedro Sánchez está siendo retratado por los medios, interesadamente, por supuesto, como el único escollo visible para que el partido se pueda reciclar y reverdezca al fin en España el sentido común con el nacimiento de un nuevo gobierno del conservador Partido Popular (PP), facilitado por la abstención de los socialistas en el parlamento.

Pero este enfoque no es más que una patraña, disfrazada de información. Además de Sánchez y su equipo, son muchos los culpables de la progresiva pérdida de credibilidad del PSOE, acentuada en la última década, y que responde a múltiples causas, incluida su paulatina conversión en partido orgánico, su elitización y su predisposición a salvaguardar privilegios empresariales, financieros e institucionales incompatibles con un ideario de izquierdas.

Los medios de comunicación, especialmente El País, han manipulado a destajo hasta convertir a Sánchez en el sumo hacedor de entuertos, en el máximo y casi único responsable de la descomposición socialista por empeñarse en impedir que el PP forme gobierno, a pesar de haber ganado las elecciones.

No es gratuito que Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba, dos dinosaurios de postín, formen parte del consejo editorial de El País que con tanta vehemencia pide la abstención del PSOE para que Mariano Rajoy haga valer su mayoría relativa y asuma la presidencia. Ambos, con su perversa interpretación de la vocación de Estado, son corresponsables del hundimiento del PSOE; lo han sido antes, durante y después de ocupar los altos cargos que ostentaron en el partido y en el Gobierno español. Basta con acudir a la hemeroteca y revisar a conciencia y fríamente sus respectivas biografías.

La crisis del socialismo español, observada con decencia y documentación, tiene mucha más envergadura que la perfilada por los medios de comunicación; y atañe a no pocos líderes y militantes, actuales y pretéritos, aunque muchos periodistas y analistas de pacotilla echen mano de los últimos descalabros electorales a nivel nacional y regional para apuntalar su melodrama en la dirección que les conviene.

Entre unos y otros están desmantelando al PSOE, un partido que podría seguir jugando en las grandes ligas españolas si se quitara todas las máscaras que le impiden gesticular fuera de los mítines.

Las redes bullen. Y como muestra, la estampa que adjunto inspirada en una famosa serie de un tebeo español. Ojalá que este pastiche catastrofista se quede sólo en una chanza.













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