Trump y sus bajezas... ahora endulzadas

Es obvio que Donald Trump no puede continuar con su estilacho dinamitero si quiere competir realmente por el sillón del despacho oval. Y de ahí que el magnate parezca decidido a moderar algunas de sus proclamas más incendiarias para intentar atraer el voto de esos electores indecisos a los que su discurso no ha espantado del todo.

El candidato presidencial por el Partido Republicano podría revelar esta semana un nuevo plan migratorio para deportar de “una forma más justa y humana” a los 11 millones de trabajadores que se hallan irregularmente en Estados Unidos.

Según sus asesores, Trump pretende formar un equipo de asesores hispanos para establecer los detalles de un proyecto migratorio que atraiga el voto latino que se perfila como determinante en las próximas elecciones presidenciales.

Inicialmente, el inefable candidato republicano había aireado las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados y las redadas indiscriminadas como fórmulas de contención de lo que él entiende por una invasión silenciosa que pone en riesgo los sacrosantos valores de los cada vez más minoritarios wasp (white, anglosaxon, protestant).

Por lo pronto, algunos medios han considerado que el nuevo planteamiento migratorio constituye una más de las incongruencias con las que Trump está aderezando su campaña hacia la Casa Blanca.

Eso sí, consciente de que no puede ablandarse en exceso si desea mantener a los votantes más cerriles, el empresario insiste en el alzamiento del muro fronterizo que para mayor escarnio debería ser cofinanciado por México, aunque parece que introducirá una variable y sólo será levantado en los puntos más estratégicos de la línea divisoria.

“De acuerdo con las encuestas de opinión y de tendencia electoral, Donald Trump cuenta con la desaprobación de 85% de los votantes hispanos. Esta minoría étnica de Estados Unidos lo califica de `racista´, `provocador´ y `ególatra´. Analistas políticos manifestaron que aun con un plan migratorio más humanitario, el candidato republicano no lograría conseguir la simpatía de los votantes hispanos que apoyarían a Clinton en los comicios del 8 de noviembre para ganar la Casa Blanca”, reseña la revista mexicana Proceso.

Sin embargo, las proclamas de Trump son tan disparatadas que seguirán desprendiendo un insoportable olor a vileza por más rociadas de perfume que reciban a medida que se acerquen las elecciones.

Comentarios