¿De qué se ríe señor ministro?
El gobierno del Partido Popular (PP) ha practicado recortes
a mansalva en áreas más que sensibles, ha arremetido contra el sector cultural
gravándolo hasta límites extremos, ha precarizado aun más las condiciones
laborales y salariales, se ha sacado de la manga una ley mordaza que es un
atentado contra los derechos civiles, se ha pavoneado de su mayoría absoluta en
el parlamento mofándose de la impotencia de la oposición en su conjunto, ha ninguneado una y otra vez los numerosos casos de corrupción que afectan a su
entorno y ha vendido baratijas macroeconómicas que contrastan con los índices
de desempleo y la tiritona que se sigue registrando en muchas calles españolas
como consecuencia de la crisis.
Estas son sólo algunas de las herencias dejadas por el PP y
su líder Mariano Rajoy que, con la chulería clasista que caracteriza desde
siempre a la derecha española, alardea de haber salvado a España de un rescate
fatal, por lo que los ciudadanos le deberían estar eternamente agradecidos.
Lo increíble es que esta derecha se sorprenda de que buena parte
de sus electores le hayan dado la espalda ante tanto rufianeo; lo paradójico es
que se quejen de su soledad cuando contribuyeron a blindarla a machamartillo
durante toda la legislatura; lo insultante es que se atrevan a reivindicar todos
y cada uno de sus estropicios…
No en balde, la española es una de las derechas más ruines
de Europa. Y por ello, sus integrantes no tienen la menor intención de poner
fecha de caducidad a sus privilegios.
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