El polémico legado de Jacobo Zabludovsky

El periodista mexicano recién fallecido dominó durante décadas el paisaje televisivo en México. Pero su prolífica y dilatada carrera alberga tantas luces como sombras.
Al servicio de la cadena Televisa, que se ha distinguido desde su nacimiento por someterse vergonzosamente a los grandes poderes de turno, sobre todo al Partido Revolucionario Institucional (PRI), Zabludovsky puso voz y rostro amables al sistema mexicano en tiempos de franco autoritarismo, disculpando sistemáticamente las acciones del régimen.
Sus críticos le reprochan su sometimiento al PRI y la manipulación informativa que llevó a cabo desde la inefable Televisa cuando este partido era avasallador, y la oposición mínima.
Fue el máximo representante del oficialismo informativo como conductor, desde los 70 hasta finales de los 90, del noticiero más influyente de la televisión mexicana: 24 Horas.
Poseedor de un notable acervo cultural, inquieto por naturaleza, Zabudovsky se desempeñó también con éxito como entrevistador y reportero.
Su narración del terremoto que asoló la Ciudad de México en 1985 utilizando el teléfono de su automóvil, es un ejemplo mayúsculo del buen periodismo realizado a pie de calle.
Crónicas radiofónicas sencillamente memorables las que hizo recorriendo el centro histórico de la capital mexicana en circunstancias más que adversas y convirtiéndose durante varias horas en la única fuente informativa de la tragedia, a falta de señal de televisión.
A pesar de que en este siglo había mostrado mayor independencia informativa con su salida de Televisa, su nombre siempre estuvo ligado a la polémica luego de haber sido vapuleado durante años por su excesiva lealtad al PRI.
Tras ser hospitalizado por un cuadro de deshidratación, murió a los 87 años de edad a causa de un derrame cerebral. Con todos sus claroscuros, Zabludovsky fue uno de los grandes comunicadores, no sólo del continente americano.

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